La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días: Orígenes, Creencias y su Impacto Global

Nov 6, 2025 by orovajewels.com 106 views

La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días: Orígenes, Creencias y su Impacto Global

La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, a menudo referida coloquialmente como la Iglesia Mormona, representa una de las religiones de crecimiento más rápido a nivel mundial. Con una membresía que supera los 17 millones de personas distribuidas en casi todos los países, su presencia e influencia son innegables. Comprender la Iglesia Mormona implica adentrarse en sus distintivos orígenes, sus profundas doctrinas teológicas y la forma en que sus miembros viven su fe, marcando una ruta singular en el panorama religioso contemporáneo. Desde su fundación en el siglo XIX, ha enfrentado tanto la admiración como el escrutinio, y su mensaje continúa resonando con millones de personas que buscan una conexión espiritual profunda y un sentido de comunidad. Este artículo se sumerge en los pilares que sustentan esta fe, explorando su historia, sus creencias esenciales y la dinámica de su vida congregacional y global.

Orígenes y Fundamentos Teológicos de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Los orígenes de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días son fundamentales para comprender su identidad y sus creencias distintivas. La historia de la Iglesia Mormona comienza en el contexto del “Segundo Gran Despertar” en el estado de Nueva York, Estados Unidos, un período de intenso fervor religioso. Es en este ambiente donde un joven llamado Joseph Smith Jr. jugaría un papel central, afirmando haber recibido una serie de visiones divinas que sentarían las bases de una nueva dispensación. Esta narrativa de restauración es la piedra angular sobre la cual se edifica toda la estructura doctrinal y organizativa de la Iglesia.

La Restauración del Evangelio a Través de Joseph Smith

El relato de la Restauración del Evangelio a través de Joseph Smith es el punto de partida para cualquier estudio de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Joseph Smith, quien nació en 1805, vivía en una época de gran efervescencia religiosa, lo que le llevó a buscar la verdadera iglesia de Jesucristo. Según su testimonio, en la primavera de 1820, a la edad de 14 años, Joseph oró fervientemente en un bosquecillo cerca de su casa, buscando discernir a qué iglesia debía unirse. En respuesta a su oración, testificó haber experimentado una visión celestial en la que Dios el Padre y Jesucristo se le aparecieron. Durante esta teofanía, se le indicó que no se uniera a ninguna de las denominaciones existentes, ya que todas estaban alejadas de la verdad completa. Este evento, conocido como la Primera Visión, es considerado por los miembros de la Iglesia como el inicio de la restauración del Evangelio de Jesucristo en la tierra.

Posteriormente, Joseph Smith afirmó haber recibido visitas de un ángel llamado Moroni, quien le instruyó sobre la existencia de un registro antiguo escrito en planchas de oro. Estas planchas contenían la historia de antiguos habitantes del continente americano y el evangelio de Jesucristo tal como se les había enseñado. Con la ayuda y el poder de Dios, Joseph Smith tradujo este registro, dando origen al Libro de Mormón. Este texto sagrado se publicó por primera vez en 1830, el mismo año en que Joseph Smith organizó formalmente la Iglesia, inicialmente conocida como la Iglesia de Cristo. La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días cree que Joseph Smith fue un profeta escogido por Dios para restaurar la Iglesia de Jesucristo en su plenitud, incluyendo la autoridad del sacerdocio y las doctrinas que se habían perdido u oscurecido a través de los siglos. La figura de Joseph Smith, como profeta y traductor, es central y Reverenciada por los fieles, quienes lo ven como un instrumento divinamente elegido para una obra de magnitudes eternas. La narrativa de su vida, marcada por la revelación continua y la persecución, es una parte integral de la identidad de la Iglesia y moldea profundamente la comprensión de sus miembros sobre la relación entre Dios y la humanidad.

El Libro de Mormón: Otro Testamento de Jesucristo

El Libro de Mormón es un texto sagrado fundamental para la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y se considera otro testamento de Jesucristo, complementario a la Santa Biblia. Este volumen de escrituras narra la historia de antiguas civilizaciones que habitaron el continente americano, incluyendo sus interacciones con Dios, sus profetas, y las vicisitudes de sus sociedades. Lo que lo hace único y de vital importancia para los miembros de la Iglesia Mormona es el relato de la visita personal de Jesucristo a estas personas después de Su resurrección en Jerusalén. Durante Su visita, Cristo enseñó Su evangelio, estableció Su iglesia y realizó milagros entre ellos, una evidencia adicional de Su divinidad y de Su amor universal. Para los Santos de los Últimos Días, el Libro de Mormón es una prueba palpable de que Dios continúa revelando Su voluntad a Sus hijos en todas las partes del mundo y a través de diferentes dispensaciones.

La Iglesia Mormona enseña que el Libro de Mormón fue escrito por profetas antiguos y compilado por un profeta-historiador llamado Mormón, y luego abreviado por su hijo Moroni, quien, como ángel, guio a Joseph Smith al lugar donde se encontraban las planchas de oro. La lectura y el estudio del Libro de Mormón son una práctica devocional central para los miembros, quienes testifican de su poder para acercarlos a Jesucristo y fortalecer su fe. Su mensaje central es un llamado a la fe en Jesucristo, al arrepentimiento, al bautismo, y a una vida de discipulado. La Iglesia anima a las personas a leer el libro y a orar a Dios para recibir una confirmación personal de su veracidad, lo que se considera una experiencia espiritual profunda y transformadora. La existencia y el testimonio del Libro de Mormón son un pilar inamovible de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, distinguiéndola de otras confesiones cristianas y proveyendo una rica fuente de doctrina y guía moral para sus seguidores.

Principios de Fe y Doctrina Central

Los principios de fe y doctrina central de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días se centran en la divinidad de Jesucristo y el plan de salvación. Un concepto fundamental es la creencia en un Padre Celestial amoroso, Jesucristo como el Salvador y Redentor del mundo, y el Espíritu Santo como un consolador y revelador. Los miembros de la Iglesia creen en un plan divino que se extendía antes de la vida, continúa en esta vida y se prolonga en la eternidad. Este plan incluye la vida preterrenal, el propósito de la vida mortal (obtener un cuerpo, adquirir experiencia y elegir el bien), la expiación de Jesucristo, la resurrección y la vida después de la muerte. La familia eterna es otra doctrina distintiva, enseñando que las relaciones familiares pueden continuar más allá de esta vida terrenal a través de los sellamientos que se realizan en los templos.

La doctrina de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días enfatiza la importancia de la agencia moral, es decir, la capacidad de elegir entre el bien y el mal. Se cree que la expiación de Jesucristo es esencial para superar las consecuencias del pecado y la muerte. A través de la fe en Jesucristo, el arrepentimiento, el bautismo por inmersión (realizado por alguien con la autoridad del sacerdocio), la recepción del don del Espíritu Santo y el perseverar hasta el fin, los individuos pueden calificar para regresar a vivir con Dios. Estos principios del evangelio son enseñados y practicados en las congregaciones de la Iglesia en todo el mundo, promoviendo un estilo de vida de discipulado y servicio. La adoración dominical incluye reuniones sacramentales donde los miembros renuevan sus convenios bautismales, y clases de instrucción donde se estudian las escrituras y las enseñanzas de los profetas modernos. La revelación continua es también un principio fundamental, creyendo que Dios sigue comunicándose con Sus hijos a través de profetas y apóstoles vivientes, así como a través del Espíritu Santo a nivel personal. Esto garantiza que la Iglesia tenga guía divina en los tiempos modernos, una creencia que la diferencia significativamente de muchas otras denominaciones cristianas que creen que el canon de las escrituras está cerrado.

Cultura y Vida Diaria de los Miembros

La cultura y vida diaria de los miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días están profundamente entrelazadas con sus creencias y prácticas religiosas. La adhesión a los principios del evangelio moldea no solo sus decisiones personales, sino también sus interacciones comunitarias y su compromiso con la sociedad. La Iglesia fomenta un estilo de vida que valora la moralidad, el servicio, la educación y el fortalecimiento de la familia, elementos que se manifiestan de manera consistente en la vida de sus seguidores en todo el mundo. Este enfoque holístico de la fe busca integrar las enseñanzas del evangelio en cada aspecto de la existencia, desde las decisiones cotidianas hasta los propósitos de vida más grandes. La vida de un Santo de los Últimos Días está marcada por un compromiso con los convenios hechos con Dios y un deseo sincero de seguir los pasos de Jesucristo, lo que se refleja en sus hábitos, prioridades y su manera de relacionarse con el prójimo.

La Centralidad de la Familia y el Matrimonio Eterno

Para la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, la familia es la unidad central y más importante en la sociedad y en el plan eterno de Dios. Esta doctrina subraya que la familia no es solo una institución terrenal, sino que tiene un propósito divino y eterno. La creencia en la familia eterna es una piedra angular de la fe, enseñando que las relaciones familiares pueden continuar más allá de la muerte si los miembros son sellados juntos en un templo. Este sellamiento es una ordenanza sagrada que, según las enseñanzas de la Iglesia, une a los cónyuges y a sus hijos por toda la eternidad, bajo convenios específicos y con la autoridad del sacerdocio. El enfoque en la familia se manifiesta en la vida diaria de los miembros a través de prácticas como la Noche de Hogar, una tradición semanal en la que las familias dedican tiempo a estudiar el evangelio, planificar actividades y fortalecer sus lazos.

La Iglesia promueve fuertemente el matrimonio entre un hombre y una mujer como la ordenanza fundamental para la creación de la familia. Se enseña que los padres tienen la responsabilidad divina de amar y criar a sus hijos en rectitud y verdad, proveyendo un ambiente de amor, respeto y apoyo. El énfasis en la estabilidad familiar se extiende a la instrucción moral, la disciplina amorosa y la enseñanza de valores éticos. Las congregaciones locales, conocidas como barrios y ramas, ofrecen programas y actividades que apoyan a las familias, desde la escuela dominical para los niños hasta grupos de jóvenes y actividades para adultos. La defensa de la familia tradicional y la promoción de un estilo de vida familiar virtuoso son aspectos distintivos de la Iglesia Mormona, que cree que la solidez de las familias conduce a una sociedad más fuerte y justa. Este enfoque en la eternidad de la familia es un motor poderoso para los miembros, inspirándolos a construir relaciones duraderas y significativas, tanto en esta vida como en la venidera. La doctrina del sellamiento eterno en el templo es un reflejo de su creencia en un Dios que es padre y que desea que Sus hijos experimenten gozo duradero a través de relaciones familiares continuas y perfeccionadas.

El Estilo de Vida Mormón: Código de Salud y Servicio

El estilo de vida mormón está notablemente influenciado por un conjunto de principios éticos y de salud, conocidos colectivamente como la Palabra de Sabiduría y el énfasis en el servicio. La Palabra de Sabiduría es un código de salud que se cree fue revelado a Joseph Smith en 1833. Esta revelación aconseja a los miembros abstenerse del alcohol, el tabaco, el café y el té, así como de las drogas ilícitas. En cambio, promueve el consumo de alimentos saludables, especialmente frutas, verduras y granos integrales, y el uso moderado de carne. Los miembros de la Iglesia creen que al observar estos principios, no solo disfrutan de bendiciones de salud física, sino también de mayor sabiduría y revelación espiritual. La adherencia a este código de salud es una parte integral de su pacto con Dios y un marcador visible de su compromiso con la fe, contribuyendo a una esperanza de vida más larga y una menor incidencia de ciertas enfermedades crónicas entre los Santos de los Últimos Días.

Además del código de salud, el servicio es una faceta esencial del estilo de vida de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Los miembros son animados a servir en sus comunidades, en sus congregaciones y a nivel global. Gran parte del trabajo de la Iglesia se realiza a través de un ministerio de laicos, donde los miembros voluntarios sirven en diversos llamamientos sin remuneración. Esto puede incluir enseñar en las clases, organizar actividades, realizar obras de servicio comunitario, o asumir responsabilidades administrativas. La práctica de dedicar tiempo y talentos al servicio desinteresado no solo fortalece la comunidad de la Iglesia, sino que también fomenta un espíritu de caridad y ayuda mutua. Los jóvenes de la Iglesia a menudo participan en misiones de tiempo completo durante uno o dos años, sirviendo en diferentes partes del mundo, enseñando el evangelio y brindando servicio comunitario. Este período misionero es una experiencia formativa profunda que inculca disciplina, compasión y un fuerte sentido de propósito. Este compromiso con el servicio se extiende también a programas humanitarios a gran escala, demostrando una dedicación práctica a los principios de amor al prójimo y cuidado por los necesitados, lo que refuerza la cohesión social y el impacto positivo de la Iglesia en el mundo.

El Propósito Sagrado de los Templos

Los templos son edificaciones sagradas y únicas para la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, y su propósito va más allá de los centros de reuniones dominicales. A diferencia de las capillas donde se realizan los servicios de adoración semanales, los templos son considerados casas del Señor, dedicadas exclusivamente para ordenanzas sagradas y convenios de mayor alcance. El objetivo principal de los templos es la realización de ordenanzas vicarias por los que han fallecido, como bautismos, confirmaciones y sellamientos. Los miembros de la Iglesia creen que estas ordenanzas ofrecen a los difuntos la oportunidad de aceptar el evangelio y sus bendiciones, lo que refleja la doctrina de la familia eterna y la creencia en que el amor de Dios se extiende a todos Sus hijos, estén vivos o muertos.

Dentro de los templos, los miembros también participan en las ordenanzas de investidura, que incluyen la enseñanza de verdades divinas y la realización de convenios sagrados con Dios, prometiendo una vida de obediencia y devoción. Estas ordenanzas están diseñadas para preparar a los individuos para regresar a la presencia de Dios. El sellamiento del matrimonio por la eternidad, donde un hombre y una mujer son unidos como esposo y esposa para esta vida y para la eternidad, es otra ordenanza central que se efectúa en los templos. Estas ceremonias, que se llevan a cabo en un ambiente de solemnidad y reverencia, son consideradas por los Santos de los Últimos Días como el punto culminante de su fe y un camino hacia la exaltación en la vida venidera. Antes de su dedicación, los templos están abiertos al público para giras de puertas abiertas, permitiendo a la gente de todas las creencias conocer su belleza interior y comprender su propósito sagrado. Después de la dedicación, solo los miembros dignos de la Iglesia, que han recibido una recomendación de su obispo y presidente de estaca, pueden entrar. Actualmente, la Iglesia opera más de 190 templos dedicados en todo el mundo, con muchos más en construcción o anunciados, lo que subraya la importancia de estas estructuras en la vida espiritual y doctrinal de sus miembros.

La Iglesia en el Siglo XXI: Desafíos y Adaptaciones

En el siglo XXI, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días ha experimentado un crecimiento y una visibilidad sin precedentes, pero también ha enfrentado y se ha adaptado a diversos desafíos inherentes a su expansión global y al contexto de la sociedad moderna. La Iglesia Mormona se ha transformado de una denominación predominantemente estadounidense a una fe verdaderamente internacional, con una membresía diversa que abarca culturas y lenguas. Este crecimiento ha traído consigo la necesidad de adaptar sus programas y mensajes a contextos culturales variados, manteniendo al mismo tiempo la uniformidad de sus doctrinas centrales. Además, la era digital ha presentado tanto oportunidades para la difusión del evangelio como desafíos en la gestión de la información y la imagen pública, obligando a la Iglesia a ser más transparente y proactiva en su comunicación.

Crecimiento Global y Diversidad Cultural

El crecimiento global y la diversidad cultural son dos de las características más destacadas de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en la actualidad. Lo que comenzó como un pequeño grupo en el noreste de Estados Unidos se ha expandido hasta convertirse en una comunidad de millones de personas distribuidas en más de 190 países y territorios. Este rápido crecimiento ha llevado a que la mayoría de los miembros de la Iglesia vivan ahora fuera de Estados Unidos y Canadá, con fuertes concentraciones en América Latina, África, Asia y las Islas del Pacífico. La Iglesia se ha adaptado a esta realidad global al traducir sus escrituras y materiales a cientos de idiomas y al establecer liderazgos locales en cada región. Esta descentralización del liderazgo y la promoción de la autonomía de las congregaciones locales son estrategias clave para fomentar la apropiación cultural de la fe, permitiendo que la Iglesia se arraigue profundamente en las comunidades diversas sin perder su identidad central.

La diversidad cultural dentro de la Iglesia Mormona es una fortaleza que enriquece la experiencia de sus miembros. Las reuniones de la Iglesia, aunque siguen un patrón general, permiten variaciones culturales en la música, las formas de expresión y las interacciones sociales. La Iglesia enfatiza la unidad en la doctrina mientras celebra la riqueza de las diferentes culturas. Esto se evidencia en la forma en que los templos y los centros de reuniones se diseñan para reflejar elementos arquitectónicos locales, o en cómo los programas para jóvenes se adaptan para resonar con las necesidades y tradiciones específicas de cada región. Sin embargo, este crecimiento también presenta desafíos, como la necesidad de formar y capacitar a líderes en diferentes contextos, la adaptación de los programas educativos a sistemas escolares variados, y la gestión de la logística para la construcción de nuevos templos y capillas en áreas remotas. A pesar de estos retos, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días continúa comprometida con su mandato misional global, creyendo que el evangelio de Jesucristo es para toda nación, tribu, lengua y pueblo, y busca activamente maneras de abrazar y celebrar la diversidad de su creciente membresía mundial, manteniendo siempre su mensaje universal de amor, esperanza y redención.

Relaciones Públicas y Transparencia en la Era Digital

Las relaciones públicas y la transparencia en la era digital han adquirido una importancia crucial para la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, especialmente a medida que busca aclarar su imagen y combatir malentendidos. Con el advenimiento de internet y las redes sociales, la información –precisa o imprecisa– se difunde a una velocidad sin precedentes. La Iglesia Mormona ha respondido a este entorno adoptando una postura más proactiva y abierta en su comunicación. Ha lanzado y mantiene sitios web oficiales como ChurchofJesusChrist.org y newsroom.ChurchofJesusChrist.org, que ofrecen una gran cantidad de información sobre sus creencias, historia, prácticas y noticias actuales. Estos recursos digitales están diseñados para ser fuentes autorizadas y accesibles para el público en general, los medios de comunicación y los propios miembros.

La estrategia de transparencia de la Iglesia incluye la publicación de ensayos sobre temas históricos y doctrinales que a menudo son objeto de escrutinio, como la poligamia del pasado, las restricciones del sacerdocio para los hombres de ascendencia africana antes de 1978, o la traducción del Libro de Mormón. Al abordar estos temas directamente y con documentación histórica, la Iglesia busca fomentar una mayor comprensión y confianza. Los líderes de la Iglesia también utilizan las redes sociales para interactuar con los miembros y el público, compartiendo mensajes inspiradores y aclarando puntos de doctrina. La campaña global “Soy Mormón” y posteriormente “Para mí, la Iglesia es…” fueron ejemplos de esfuerzos significativos para que los miembros compartieran sus experiencias personales y para humanizar la fe, mostrando la diversidad de sus seguidores y la normalidad de sus vidas. Estos esfuerzos de comunicación estratégica buscan no solo desmitificar la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, sino también presentar su mensaje de una manera relevante y atractiva para una audiencia global y digitalmente conectada, reconociendo que la percepción pública es vital para su misión y su continuo crecimiento en el siglo XXI.

Diálogo Interconfesional y Colaboración Comunitaria

El diálogo interconfesional y la colaboración comunitaria son facetas cada vez más importantes de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en la actualidad. Lejos de ser una institución aislada, la Iglesia Mormona ha aumentado significativamente su participación en esfuerzos de cooperación con otras religiones y organizaciones comunitarias. Este enfoque refleja un deseo de construir puentes de comprensión, promover la libertad religiosa y trabajar juntos en causas humanitarias y sociales que beneficien a toda la sociedad. Los líderes de la Iglesia reconocen la importancia de encontrar puntos en común con otras confesiones y grupos, centrándose en los valores compartidos como la fe en Dios, la importancia de la familia, el servicio al prójimo y la ética moral.

La colaboración comunitaria se manifiesta a través de diversas iniciativas. La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días participa activamente en proyectos de ayuda humanitaria a nivel local y global, a menudo en asociación con otras organizaciones religiosas y no gubernamentales. Los programas de bienestar de la Iglesia, que incluyen almacenes de los obispos y centros de empleo, están diseñados principalmente para ayudar a los miembros, pero también brindan asistencia a la comunidad en general en tiempos de necesidad. Además, la Iglesia ha sido una voz prominente en la defensa de la libertad religiosa para todas las personas, independientemente de su fe. Ha organizado conferencias, participado en simposios y colaborado con líderes de otras creencias para proteger el derecho fundamental de individuos y grupos a practicar sus religiones libremente. Este compromiso con el diálogo interconfesional no busca sincretismo doctrinal, sino más bien fomentar el respeto mutuo, la comprensión y la cooperación en áreas de interés común. Al participar en estos esfuerzos, la Iglesia Mormona no solo demuestra su compromiso cívico, sino que también desarma prejuicios, construye relaciones positivas y contribuye a un mundo más pacífico y colaborativo, reafirmando su identidad como una fe que busca el bien común en todos los niveles de la sociedad. Este enfoque subraya que, si bien la Iglesia tiene sus propias verdades y doctrinas distintivas, también valora y respeta las creencias de los demás, buscando la unidad en la acción para abordar los desafíos globales más apremiantes.

Conclusión: El Futuro de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días ha recorrido un camino notable desde sus humildes comienzos hasta convertirse en una presencia global significativa. Su mensaje de la restauración del evangelio de Jesucristo, la importancia del Libro de Mormón como otro testamento de Jesucristo, y la centralidad de la familia eterna, continúan atrayendo a millones de personas en todo el mundo. La vida de sus miembros está profundamente arraigada en un compromiso con un código de salud estricto, un énfasis en el servicio desinteresado y la participación en ordenanzas sagradas en los templos, todo lo cual forma una cultura de discipulado y comunidad. A medida que avanza el siglo XXI, la Iglesia Mormona se enfrenta a la dualidad de mantener sus doctrinas y prácticas inmutables mientras se adapta a un mundo en constante cambio. Su enfoque en la transparencia digital, el diálogo interconfesional y la colaboración comunitaria demuestra una voluntad de participar en la conversación global y de contribuir positivamente a la sociedad.

El futuro de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días parece estar marcado por una continua expansión y una creciente diversidad. A medida que sus miembros se dispersan por todo el globo, la Iglesia sigue buscando formas de nutrir la fe en diversos contextos culturales, fortaleciendo las congregaciones locales y construyendo más templos. La visión de la Iglesia es la de un evangelio universal que ofrece esperanza, propósito y dirección a todos los hijos de Dios, independientemente de su origen. Los desafíos persistirán, desde el escrutinio público hasta la necesidad de contextualizar su mensaje sin comprometer su esencia divina. Sin embargo, con un liderazgo que enfatiza la revelación continua y un cuerpo de miembros dedicados al servicio y a vivir sus principios, la Iglesia Mormona está posicionada para seguir siendo una fuerza espiritual y social influyente en el panorama religioso mundial. Su historia es una de resiliencia y fe, y su futuro se presenta como una promesa de mayor alcance e impacto, siempre con la mira puesta en su objetivo central: invitar a todos a venir a Jesucristo y experimentar las bendiciones de Su evangelio restaurado.